Día 5 –Parte 02-Tramo Liviara-La QuiacaLuego de pasar la zona del pueblo de Paicone seguí viaje hasta que me tope con un rio muy grande y bastante crecido. El mismo esta unos kilómetros antes del pueblo de San Juan de Oro algunos lo llaman Rio Grande y otro les dicen Oros Mayo. Por datos que me habían tirado en Liviara sabía que este era el último rio más complicado de pasar hasta La Quiaca y tenían razón.
Cuando llegue al mismo me puse a ver un lugar por donde vadearlo. En el ínterin por la fuerza de la corriente y unas rocas flojas me caí y me moje todo…nada nuevo bajo el sol.
La verdad que metía miedo en eso paso una camioneta que venía desde la Quiaca y casi se quedo varada en el vado para vehículos de cuatro ruedas. Aunque no era muy hondo, llegaba un poco un poquito más abajo que la cintura, el caudal era muy fuerte. Finalmente encontré un paso aceptable como 100 metros más lejos de la ruta principal. Me puse a descargar los equipos para pasarlos a manos y mientras estaba en esa tarea aparece una vieja F-100 con un señor y toda su familia, eran de Paicone. Este señor me dice si quería que subiéramos los equipos a la chata para pasarlos. Desde luego no lo dude, cruzar el rio varias veces con las valijas/bolsos sobre la cabeza no era una opción muy linda, ya estaba completamente empapado, pero también me ahorraría el esfuerzo físico. Para ese momento del día, 1300hs. aproximadamente, ya estaba muy cansado y me faltaba bastante para La Quiaca. Pero el señor me pide un favor a cambio de pasarme los bártulos. Me dice que él tenía una XR 125 que usaba para arriar las llamas y como nunca había manejado una XTZ 250 me pedía si la podía usar para cruzar el rio. Por un momento dude pero me dice que había cruzado este rio muchas veces con la Honda y que con esta moto no tendría problemas. Dejamos la moto en la orilla y cruzamos el rio con la chata y los bolsos. Yo me quede junto a la camioneta con su familia y el cruzo el rio para buscar la moto. Se imagina el cagazo que tenía que se cayera por lo que me metí hasta dentro del rio mismo en el sector donde iba a cruzar para atajar la moto por las dudas. Pero no hizo falta mi “ayuda” el vago la tenía muy pero muy clara y lo paso de taquito. Después me pidió de probar la moto en la costa un cachito y se quedo loco con la nave. Hablamos un poco de motos y del camino a seguir del que me tiro varios consejos. Después siguió viaje y al rato retorna de vuelta, yo en ese tiempo transcurrido estaba subiendo y montando todos los equipos y cambiándome la pilcha ya que estaba completamente mojado. Calculo que habrán sido unos 25 minutos. En ese lapso tiempo me acorde de sacar la cámara de fotos y retratar ese rio tan choto, los equipos tirados por todo lado, la ropa mojada y todo que me había pasado. Le saco una foto a la moto y cuando le aplico el zoom para hacer una foto del rio se me muere la cámara. Claro me había caído en el agua con la camarita encima y esta desde luego se mojo y el lente quedo fijo en la posición máxima. Apago enciendo y nunca más arranco.
Les dejo la única foto que pude sacar a la moto en el costado del rio. Atrás estaban todos los equipos y la pilcha mojada y esparcida por todos lados.
Se imaginan la bronca que tenía, la cámara salía como 1500 mangos mas los 200 del parabrisas de la mañana hagan la cuenta
, estaba como loco. Pero eso no era todo, la impotencia de quizás haber perdido todas las fotos/videos que había sacado previamente y también el no poder retratar las siguientes imágenes hasta La Quiaca.
Mientras estaba puteando con este problema, como les dije antes, el hombre de la F-100 volvió después de dejar a alguno de los suyos en el pueblo siguiente. Pero es que acá al querer cruzar el rio se le queda la camioneta. Ya estaba por seguir viaje y ante este imprevisto veo de poder ayudarlo. También en este momento llega un señor que estaba haciendo la 40 en bici y junto con el nos fuimos a intentar sacar la chata. Le mandamos piedras bajo una de las ruedas, nos paramos arriba y a un costado de la camioneta para hacer contrapeso y no había caso no la podíamos sacar.
Afortunadamente llego otra camioneta de un vecino que lo iba a tirar. El señor de la F-100 nos dijo, al ciclista y a mí, que siguiéramos viaje que ellos se arreglaban. Mientras volvía a la moto en la otra orilla y terminaba de armar mis cosas con el malacate la saco en un toque. Desde luego yo estaba completamente mojado y ya no tenía más ropa para cambiarme.
Seguí viaje y no encontré grandes obstáculos dignos de mención. Es una pena porque había muchos lugares para sacar fotos como el pueblo y la iglesia de San Juan de Oro. Hasta que llegue a la Quebrada del Rio Paicone. La Ruta 40 se mete en una especie de desfiladero angosto por el que va el cauce del rio Paicone. Son 11 km de pura adrenalina
ya que vas circulando sobre un suelo rocoso por el que va el agua del rio. Hay tramos en donde tenes 10cm de agua y otros de unos 30cm. Para que tengan una idea lo dificultoso y peligro tarde casi una hora en hacerlo. Se puede ir más rápido pero corres el riesgo de caerte y el suelo no es de arena es de piedra así que te podes romper todo.
Acá le dejo una foto, no es mía
, para que tengan idea de cómo es este cañón. Luego se hace mucho mas estrecho.
La verdad que el lugar es majestoso. Uno va concentrado en el suelo que hay delante de la moto y te olvidas de ver alrededor. Pare un par de veces y no se pueden describir los distintos colores de las paredes y el paisaje circundante. Muy bueno.
Después pasas varios pueblos como Timón Cruz, Oratorio y finalmente Santa Catalina. Que es un pueblo realmente muy hermoso y muy bien mantenido. Incluso tiene una especie de monte del calvario, lo deben usar para fiestas religiosas, con un camino todo circundado con piedras blancas. La verdad que daba para sacar muchas fotos .Acá pare un toque en la entrada del pueblo a secarme las medias ya que era insoportable manejar en esas condiciones.
En teoría la 40 terminaría en Santa Catalina, porque según la cartografía la ruta que sigue hacia la Quiaca es la 5, Este tramo no es complicado y luego de pasar Cienaguillas el camino se vuelve literalmente una autopista, a excepción de una pequeña cadena montañosa, ahí le daba a hasta velocidades de 90km/h pero después baje porque había muchas llamas sueltas a los costados de los caminos. Mientras vas circulando a tu izquierda, unos 3 o 4 km. tenes las montañas de Bolivia, que es un verdadero colador por el que puede entrar cualquier cosa. Después andan llorando por las importaciones.
Eran las 1800hs y pude avistar a lo lejos
“La Quiaca” ustedes no se dan una idea de la emoción tan grande que me agarro cuando llegue a las afueras de la ciudad. Gritaba como un loco y me mandaba unas puteadas de aliento impresionantes.
Viéndolo hoy en día, aparte de lograr una de las metas del viaje, creo que también fue un descargo por las tensiones vividas durante el día. Estaba como loco.
Después de recorrer un poquito la ciudad, que ya conocía por viajes previos, me fui a buscar un lugar donde ir a dormir. Afortunadamente pude encontrar una pensión barata y en donde podía guardar la moto con seguridad. Cuando llego a la recepción también había otro chico de La Pampa que también viajaba en moto y que acababa de llegar a La Quiaca. Para que el alojamiento nos saliera más barato nos hospedamos en la misma habitación. Después anduvimos los días siguientes recorriendo la zona tanto a pata como en las motos. Pero esa parte se las relato en los días posteriores, pero con fotos
ya que en Bolivia me compre cámara nueva.
Saldo tramo Liviara- La Quiaca: 1700 mangos en equipo, muchos problemas durante el recorrido pero una alegría intensa la final del día. Para todo lo demas existe mastercard,
Continuara…9