No tengo la pluma del gran Calquin, pero tenía ganas de contar mis sensaciones y experiencias después de este viaje, así que arme esto con las fotos que tenía y las cosas que me acordaba.
Seguramente le haya errado a varias cosas, ya que soy un cuelgue andante, pero aquí están mis recuerdos del viaje...
La primer semana de enero empecé las vacaciones, quería dedicarle tiempo a arreglar algunas cosas de mi casa, y hacer muchos trámites que durante el año, trabajando y estudiando, se me hacía imposible. La verdad no tenía pensado hacer ningún viaje de ningún tipo.
Al final se pincharon algunas de las cosas que tenía que hacer, y me vi sin vacaciones planeadas y sin cosas para hacer en casa.
Sabiendo que el gran Calquin, (compañero de ruta del club biz), suele hacer viajes le envíe un mensaje el lunes 14 diciendole que si llegaba a salir algún viaje, me avisara que me prendía con gusto.
Al día siguiente ya tenía armado un viaje a Colonia, rutas, donde acampar, donde parar, lugares para visitar, recorridos para hacer por Uruguay, un grande, y también una persona maravillosa, que en lo que puede ayudarte te ayuda sin dudar, da gusto compartir ruta al lado de el. Aparte sabe de mecánica, de rutas, está equipado con todo lo necesario ante cualquier imprevisto... sigo sospechando que tiene hasta un motor de repuesto en el baúl icon_lol .
Se unió al viaje también Nico Lancellotti, una persona que yo no conocía y terminó siendo un compañero de 10, par
a par, kilómetro a kilometro recorriendo rutas charrúas.
Kalash, otro compañero de ruta sugirió otros lugares para visitar también y fuimos tomando nota.
Primer día
Quedamos en que los chicos se encontrarían alrededor de las 15:30, y luego a las 16 se unirían conmigo en Escobar, repartirìamos el peso en las motos lo más parejo posible, y luego saldríamos hasta la primer parada en nuestro recorrido, la ciudad de Fray bentos.
Salimos a las 16:30 aproximadamente, a paso tranquilo pero constante, y el viaje fue transcurriendo sin mayores sobresaltos, cargamos combustible en la Shell de Ruta 14, y llenamos también 1 bidón y 1 rotopak, ya que nos habían avisado que los precios de la nafta en Uruguay son bastante más caros.
El playero de la Shell, antes de cargarnos nos avisó "miren que no van a poder pasar con los bidones cargados de nafta por la aduana, los van a tener que volcar".
Luego de debatir un poco que hacer, decidimos cargarlos igual y correr el riesgo.
Saliendo de la Shell, vimos una columna de autos larguísima. blink2 blink2 blink2 blink2
"Si la fila de autos sigue hasta acá, no cruzamos más, vayamos hasta el otro puente para cruzar".
Por suerte solo eran dos manifestaciones de productores agropecuarios de Entre Ríos, luego de atravesarlas, seguimos sin problema.
Una cosa que me llamó mucho la atención cuando nos acercabamos al puente internacional, fue la planta de Botnia, es una mole gigante de cemento y luces, nunca la había visto, es realmente imponente.
En la aduana no había fila de autos, con lo cual fue rápido el trámite de presentar la cédula verde y el DNI, luego pasamos al puesto siguiente donde inspeccionaron las motos, nos comimos un tirón de orejas los 3, pero por suerte no nos hicieron volcar la nafta.
Ya estaba oscureciendo, llegamos cerca de las 21 a un camping en Fray Bentos, a la orilla del río, muy recomendable el lugar, y sorprendentemente nos costó 30 pesos argentinos cada uno pasar la noche, más barato que en Argentina blink2
Armamos la carpa, nos pusimos a cocinar unos fideos, luego recorrimos un poco la vera del río, noche estrellada, la luna llena saliendo. Hermosa postal.
Entre compartir anécdotas, mates y charlas, nos terminamos durmiendo pasadas las 2 am.
Segundo día
La próxima parada era Colonia, pero fuimos muy tranquilos, parando cada algunos kilómetros, recorriendo los balnearios, disfrutando el viaje, el paisaje, las rutas uruguayas principales son un billar, las secundarias no tanto, pero al no circular nadie podés ir tranquilo usando todo el ancho de las mismas.
Llegando a Mercedes
Paramos las motos unos minutos, estiramos las piernas, sacamos algunas fotos...
... y seguimos adelante.
Nos habían recomendado pasar por Villa Soriano, asi que hacia allá fuimos, a conocer el pueblo.
Para llegar a Villa Santo Domingo Soriano hay una sola ruta, de entrada y de salida, es un pueblito de pocas manzanas, muy tranquilo, muy lindo, bien cuidado, con casitas viejas. Hermoso.
El estado de las rutas secundarias:
El tiempo acompañaba hasta ahí por suerte
Llegamos !!!
La rueda de atrás de Calquin estaba medio baja, ahí fue cuando me sorprendí, y me di cuenta lo poco equipado que estoy yo para salir a la ruta, Calquin sacó de su bolso su compresor, lo conectó a la toma de 12V de la moto de Nico, y en unos minutos normalizó la presión.
Estiramos un poco las piernas, nos lavamos la cara y mojamos la cabeza, (el sol estaba fuerte) y seguimos viaje.
Pasamos por Dolores.
Y cuando estabamos pasando por Nueva Palmira nos tentamos con la playa.
Fue una gran decisión, el agua estaba tibia, era como estar en un mini caribe, no había casi nadie de gente.
Es un lugar que recomiendo mucho, si pueden ir, es hermoso y cerquita.
Seguimos camino, pasamos por Carmelo
Hasta que Colonia se nos presentó de repente
Ahí si nos cobraron un poco más caro, 60 $ argentinos cada uno para pasar la noche, la cerveza 80 uruguayos.
Recargamos un poco las vitaminas, cocinamos un arrocito (aramos dijo el mosquito, la verdad Nico se cocinó todo),
y nos fuimos a dormir.
Tercer día
Acá una vez se notó lo previsor que es el gran Calquin, su toma de 12V no funcionaba, sacó el tester del bolso para ver cual era el problema y tratar de repararlo.
Yo aproveché la mañana para entre mate y mate tensar la cadena un poco.
Agüita para el mate
Ese día Calquin se volvía a Buenos Aires, ya que el lunes trabajaba. Yo tenía la opción de volverme o quedarme un par de días más recorriendo. Al final decidí quedarme, Nico se prendió también, y nos propusimos llegar al Chuy por la ruta interbalnearia para luego cruzar a Brasil.
Atravesamos Colonia valdense, ahí tratamos de conseguir un mapa en una Esso, no aceptaban ni pesos argentinos ni tenían mapas :angry
Por suerte unos metros más adelante había una caseta de información turística.
Lo primero que me vino a la mente cuando entramos a Montevideo fue "pucha, parece la calle del puerto de Buenos Aires", y era más o menos así.
Pasamos por la refinería de Ancap, y seguimos hasta encontrar un lugar un poco más poblado para sacarnos un par de fotos.
Paramos un rato, miramos las playas, la gente, tomamos un poco de agua y seguimos adelante.
Como se nos venía la noche, para no matarnos nosotros ni las motos tampoco, decidimos acampar en Atlántida.
Ahí preguntamos en un complejo grande, que está a 3 cuadras de la ruta, por la calle que bordea la estación de servicio Ancap.
Nos tuvieron un rato largo esperando, para finalmente decirnos que no aceptaban dinero argentino.
No estuvo muy bueno. Fuimos a otro camping a preguntar, estaba la mitad del precio, y el encargado nos dijo: "No acepto dinero argentino, pero armen igual, mañana cambian y me pagan, no hay problema."
Totalmente otra onda distinta a la del primer lugar.
El camping me dio la impresión de que debió haber sido la gloria en algún momento, lo dejaron estar, y ahora estaban tratando de levantarlo de nuevo.
La verdad, por el precio, no nos pudimos quejar.
El nene jugando con fuego
Las motos se bancaron todo. Unas monturas de fierro.
El baño y su cuidador
Filosofando con la Pilsen
Cuarto día
Nos despertamos tempranito, y mientras preparabamos las motos desayunamos un nutritivo mate con arroz icon_cheesygrin
Una moto perfumada icon_lol
Se empezaba a nublar en el cielo, pero por ahora aguantaba.
En una Petrobras antes de llegar a Punta del Este, encontramos esta moto asi...
Una Zanella Vespa con patente argentina. Nos miramos con Nico y no entendíamos del todo que hacía esa moto ahí, en seguida se nos acercó el dueño, un muchacho de unos 25 años, que estaba trabajando en un restaurante pasando Punta del Este, había cargado la moto al Buquebus y se la había traido para acá, para tener como moverse y no estar a pata. Estaba cansado de andar en moto y se quedó esperando a un hombre con una camioneta que supuestamente se había comprometido a cargarle la moto en la camioneta y acercarlo varios km más adelante.
Si pueden cargar en esa Petrobras, haganlo, me aceptaron pesos argentinos a 1,50, la más barata que encontré.
Hicimos algunos kilometros hasta Punta del Este, y en esta caseta de información turística me enamoré de la mujer de ahí. Simpática, bonita, un encanto. La verdad, dormí y no le pedí el celular o facebook. Quedará para el próximo viaje. :thumbup:
Llegando a Punta del este, ya se empezaban a ver complejos gigantes y mansiones por todos lados.
También era fuerte la presencia argentina, un 60 % uruguayos, 40% argentinos.
A esta altura ya empezó a chispear.
En Punta del Este perdimos varios minutos dando vueltas sin poder salir, volviendo una y otra vez al mismo punto :book2: :book2: :book2: , preguntabamos, hacíamos lo que nos indicaban, volvíamos al mismo punto wallbash wallbash wallbash
Resultó ser que estabamos en la punta más punta de todo Punta del Este, por eso veíamos costa para donde mirabamos y nos confundíamos el camino.
Una vez que salimos de Punta del Este, fijamos destino en Punta del Diablo. Ya la lluvia era una realidad y las gotas empezaban a mojar un poquito.
Paramos pasado el mediodía en José Ignacio, un pueblito de 5 x 5 manzanas, pero nuevo, totalmente nuevo.
Casas de diseño moderno, restaurantes, pizzerías, comercios.
Paramos a comer unas ricas milanesas, las cuales notamos tenían pimienta después de un rato.
A 40 kilometros de Punta del Diablo, se hizo fea la lluvia badmood badmood badmood badmood , viento fuerte de costado, charcos de agua, yo tengo equipo de lluvia, es algo que planeo adquirir para el próximo viaje.
No hacía frío, pero no veía bien por la cantidad de agua y la llegada de la noche. Fueron 40 km muy muy largos.
En Punta del Diablo nos cobraban 600 uruguayos pasar la noche en un camping, y 1000 una cabaña, analizando el dinero que nos quedaba, lo mojados y cansados que estabamos, pensar en armar la carpa bajo la lluvia, y esas cosas, nos inclinamos por disfrutar una noche en la cabaña, con una ducha caliente prolongada (todas las duchas anteriores habían sido frías), y dormir en un colchón colchón.
Para luego a la mañana siguiente pegar la vuelta a Buenos Aires,
Preparando la merien-cena
Soga de tensores
Escurriendo la campera
A la noche, de la nada nos vino a visitar alguien...
Dejamos secandose todo, y nos fuimos a dormir.
Quinto día
Dormimos muy bien, me desperté todo flojo y descansado.
Abrimos la puerta y el sol empezaba a salir y secar todo clapping clapping clapping , mientras mateabamos, limpiabamos y ordenabamos la cabaña charlabamos de que hacer, si hacer noche en Fray Bentos o hacer todo el trayecto de una.
Quedamos en que veíamos más cerca de Fray Bentos, dependiendo de la hora y como estuvieramos fisicamente.
Hasta acá todo venía bien, pero el sol de la mañana empezó a desaparecer...
A partir de ahora casi no sacamos fotos, ni bien salimos de Punta del Diablo, nuevamente la tormenta, tanto tiempo perdido secando mi ropa icon_evil jajaja
Por momentos no se veía nada, era una cortina de agua molesta, pero se podía manejar todavía.
Me sentía re mal yo, por estar retrasando a Nico por no tener un equipo de lluvia, o un mejor casco que me permitiera ver mejor con lluvia, le decía que fuera tranquilo, que no me esperara, pero me sacó corriendo, que nadie se queda atrás, Y NADIE SE QUEDA ATRÁS. Y se bancó todo, me acompañó hasta mi casa practicamente, por eso les decía, es una persona de oro, me voy hasta el fin del mundo con Nico al lado.
Paramos en una estación de servicio, Nico apareció con un café y un alfajor pepitos que fue como si me ofreciera el cielo, creo que lo comí en 2 segundos, aflojó un poco la lluvia y seguimos.
Pasamos por Canelones, no paraba de llover.
Así, de a poco y con cuidado nos fuimos acercando a Fray Bentos.
Hubo tramos que tuve que ir con el visor levantado porque no me daba tiempo a sacar el agua del mismo, viento cruzado nuevamente, bastante bravo.
A la tarde paró un poco, ya estabamos tomando la ruta 2, directo al puente internacional, y en el horizonte se veían unas nubes con rayos que metían miedo.
Cuando finalmente entramos a esa tormenta, fue la muerte, queríamos cruzar a Argentina antes que nos agarrara la noche, desafortunadamente no pudimos lograrlo.
Terminamos cruzando el puente internacional a las 23:59, y el tramo desde el puente, hasta Gualeguaychú creo que fue lo más extremo que hice hasta ahora con la moto, noche, lluvia, cero visibilidad, ni un lugar alejado de la ruta como para parar a cobijarse, huellones de camiones donde se formaban charcos de agua de 10 cm, las motos se sarandeaban de lo lindo, cuando pasaban camiones del otro sentido, el spray que levantaban era como estar adentro de una ola.
Pero pasamos, a pesar de todo eso pasamos. Llegamos a Gualeguaychú, buscamos rumbo a la ruta 14, y ahí de nuevo lo mismo, tormenta atroz, camiones que nos pasaban al mango, cerquita y tirando spray.
Paramos en la parrilla "La morocha", yo hecho sopa, Nico por suerte no se mojó mucho.
La verdad, le agradezco de corazón a Nico todo el aguante, dudo que solo pudiera haber hecho tamaña odisea.
Comimos unos sanguches de milanesa que no estaban muy buenos, esperamos que afloje un poco y arrancamos.
A 20 km del segundo puente de Zarate brazo largo, empezó a haber neblina, sumado a la llovizna, nuevamente, visbilidad cero, pusimos los giros y avanzamos casi por la banquina con mucho cuidado.
Cuando llegamos al segundo puente, bastó una mirada nomás para darnos cuenta que mejor parar un rato, lavarnos la cara, estirarnos un poco.
Yo no sentía que me estuviera por dormir, pero estaba muy muy cansado, me dolía el cuerpo y las rodillas bastante.
Sabíamos los dos que con llegar al primer puente después todo iba a ser más fácil, iluminado, mejor señalizado, más carriles.
El tramo entre puente y puente se hizo larguísimo, yo buscaba las luces en el horizonte como para que me dieran fuerza para seguir un poco más, pero no se veían, de repente, se materializó el puente adelante nuestro, de la nada.
La neblina era tan grande que no se veían las luces directamente.
Lo atravesamos, paramos en la YPF que está ahí en Zárate, nos tomamos un café reparador, charlamos un rato, nos despedimos con un abrazo, despabilamos un poco, y le pegamos el tramo final.
Yo bajé en Escobar, Nico siguió hasta su casa y por suerte llegó bien el también.
Me di una ducha caliente, dormí hasta las 18 del día siguiente clapping clapping clapping y listo.
Así terminó el viaje.
Personalmente, me encantó el viaje, pude conocer más a fondo a dos personas que solo tenía vistas de encuentros cortos, como Calquin. Y a Nico lo conocí en este viaje, una masa el chabón. También pude conocer un poquito de Uruguay como para planear un viaje con mas tiempo, dinero, y sabiendo donde parar, porque rutas ir, que cosas hacer.
Fue una experiencia hermosa, que les recomiendo si pueden hacerse una escapada háganla.
Saludos, pibedelcobre/Inti
Seguramente le haya errado a varias cosas, ya que soy un cuelgue andante, pero aquí están mis recuerdos del viaje...
La primer semana de enero empecé las vacaciones, quería dedicarle tiempo a arreglar algunas cosas de mi casa, y hacer muchos trámites que durante el año, trabajando y estudiando, se me hacía imposible. La verdad no tenía pensado hacer ningún viaje de ningún tipo.
Al final se pincharon algunas de las cosas que tenía que hacer, y me vi sin vacaciones planeadas y sin cosas para hacer en casa.
Sabiendo que el gran Calquin, (compañero de ruta del club biz), suele hacer viajes le envíe un mensaje el lunes 14 diciendole que si llegaba a salir algún viaje, me avisara que me prendía con gusto.
Al día siguiente ya tenía armado un viaje a Colonia, rutas, donde acampar, donde parar, lugares para visitar, recorridos para hacer por Uruguay, un grande, y también una persona maravillosa, que en lo que puede ayudarte te ayuda sin dudar, da gusto compartir ruta al lado de el. Aparte sabe de mecánica, de rutas, está equipado con todo lo necesario ante cualquier imprevisto... sigo sospechando que tiene hasta un motor de repuesto en el baúl icon_lol .
Se unió al viaje también Nico Lancellotti, una persona que yo no conocía y terminó siendo un compañero de 10, par
a par, kilómetro a kilometro recorriendo rutas charrúas.
Kalash, otro compañero de ruta sugirió otros lugares para visitar también y fuimos tomando nota.
Primer día
Quedamos en que los chicos se encontrarían alrededor de las 15:30, y luego a las 16 se unirían conmigo en Escobar, repartirìamos el peso en las motos lo más parejo posible, y luego saldríamos hasta la primer parada en nuestro recorrido, la ciudad de Fray bentos.
Salimos a las 16:30 aproximadamente, a paso tranquilo pero constante, y el viaje fue transcurriendo sin mayores sobresaltos, cargamos combustible en la Shell de Ruta 14, y llenamos también 1 bidón y 1 rotopak, ya que nos habían avisado que los precios de la nafta en Uruguay son bastante más caros.
El playero de la Shell, antes de cargarnos nos avisó "miren que no van a poder pasar con los bidones cargados de nafta por la aduana, los van a tener que volcar".
Luego de debatir un poco que hacer, decidimos cargarlos igual y correr el riesgo.
Saliendo de la Shell, vimos una columna de autos larguísima. blink2 blink2 blink2 blink2
"Si la fila de autos sigue hasta acá, no cruzamos más, vayamos hasta el otro puente para cruzar".
Por suerte solo eran dos manifestaciones de productores agropecuarios de Entre Ríos, luego de atravesarlas, seguimos sin problema.
Una cosa que me llamó mucho la atención cuando nos acercabamos al puente internacional, fue la planta de Botnia, es una mole gigante de cemento y luces, nunca la había visto, es realmente imponente.
En la aduana no había fila de autos, con lo cual fue rápido el trámite de presentar la cédula verde y el DNI, luego pasamos al puesto siguiente donde inspeccionaron las motos, nos comimos un tirón de orejas los 3, pero por suerte no nos hicieron volcar la nafta.
Ya estaba oscureciendo, llegamos cerca de las 21 a un camping en Fray Bentos, a la orilla del río, muy recomendable el lugar, y sorprendentemente nos costó 30 pesos argentinos cada uno pasar la noche, más barato que en Argentina blink2
Armamos la carpa, nos pusimos a cocinar unos fideos, luego recorrimos un poco la vera del río, noche estrellada, la luna llena saliendo. Hermosa postal.
Entre compartir anécdotas, mates y charlas, nos terminamos durmiendo pasadas las 2 am.
Segundo día
La próxima parada era Colonia, pero fuimos muy tranquilos, parando cada algunos kilómetros, recorriendo los balnearios, disfrutando el viaje, el paisaje, las rutas uruguayas principales son un billar, las secundarias no tanto, pero al no circular nadie podés ir tranquilo usando todo el ancho de las mismas.
Llegando a Mercedes
Paramos las motos unos minutos, estiramos las piernas, sacamos algunas fotos...
... y seguimos adelante.
Nos habían recomendado pasar por Villa Soriano, asi que hacia allá fuimos, a conocer el pueblo.
Para llegar a Villa Santo Domingo Soriano hay una sola ruta, de entrada y de salida, es un pueblito de pocas manzanas, muy tranquilo, muy lindo, bien cuidado, con casitas viejas. Hermoso.
El estado de las rutas secundarias:
El tiempo acompañaba hasta ahí por suerte
Llegamos !!!
La rueda de atrás de Calquin estaba medio baja, ahí fue cuando me sorprendí, y me di cuenta lo poco equipado que estoy yo para salir a la ruta, Calquin sacó de su bolso su compresor, lo conectó a la toma de 12V de la moto de Nico, y en unos minutos normalizó la presión.
Estiramos un poco las piernas, nos lavamos la cara y mojamos la cabeza, (el sol estaba fuerte) y seguimos viaje.
Pasamos por Dolores.
Y cuando estabamos pasando por Nueva Palmira nos tentamos con la playa.
Fue una gran decisión, el agua estaba tibia, era como estar en un mini caribe, no había casi nadie de gente.
Es un lugar que recomiendo mucho, si pueden ir, es hermoso y cerquita.
Seguimos camino, pasamos por Carmelo
Hasta que Colonia se nos presentó de repente
Ahí si nos cobraron un poco más caro, 60 $ argentinos cada uno para pasar la noche, la cerveza 80 uruguayos.
Recargamos un poco las vitaminas, cocinamos un arrocito (aramos dijo el mosquito, la verdad Nico se cocinó todo),
y nos fuimos a dormir.
Tercer día
Acá una vez se notó lo previsor que es el gran Calquin, su toma de 12V no funcionaba, sacó el tester del bolso para ver cual era el problema y tratar de repararlo.
Yo aproveché la mañana para entre mate y mate tensar la cadena un poco.
Agüita para el mate
Ese día Calquin se volvía a Buenos Aires, ya que el lunes trabajaba. Yo tenía la opción de volverme o quedarme un par de días más recorriendo. Al final decidí quedarme, Nico se prendió también, y nos propusimos llegar al Chuy por la ruta interbalnearia para luego cruzar a Brasil.
Atravesamos Colonia valdense, ahí tratamos de conseguir un mapa en una Esso, no aceptaban ni pesos argentinos ni tenían mapas :angry
Por suerte unos metros más adelante había una caseta de información turística.
Lo primero que me vino a la mente cuando entramos a Montevideo fue "pucha, parece la calle del puerto de Buenos Aires", y era más o menos así.
Pasamos por la refinería de Ancap, y seguimos hasta encontrar un lugar un poco más poblado para sacarnos un par de fotos.
Paramos un rato, miramos las playas, la gente, tomamos un poco de agua y seguimos adelante.
Como se nos venía la noche, para no matarnos nosotros ni las motos tampoco, decidimos acampar en Atlántida.
Ahí preguntamos en un complejo grande, que está a 3 cuadras de la ruta, por la calle que bordea la estación de servicio Ancap.
Nos tuvieron un rato largo esperando, para finalmente decirnos que no aceptaban dinero argentino.
No estuvo muy bueno. Fuimos a otro camping a preguntar, estaba la mitad del precio, y el encargado nos dijo: "No acepto dinero argentino, pero armen igual, mañana cambian y me pagan, no hay problema."
Totalmente otra onda distinta a la del primer lugar.
El camping me dio la impresión de que debió haber sido la gloria en algún momento, lo dejaron estar, y ahora estaban tratando de levantarlo de nuevo.
La verdad, por el precio, no nos pudimos quejar.
El nene jugando con fuego
Las motos se bancaron todo. Unas monturas de fierro.
El baño y su cuidador
Filosofando con la Pilsen
Cuarto día
Nos despertamos tempranito, y mientras preparabamos las motos desayunamos un nutritivo mate con arroz icon_cheesygrin
Una moto perfumada icon_lol
Se empezaba a nublar en el cielo, pero por ahora aguantaba.
En una Petrobras antes de llegar a Punta del Este, encontramos esta moto asi...
Una Zanella Vespa con patente argentina. Nos miramos con Nico y no entendíamos del todo que hacía esa moto ahí, en seguida se nos acercó el dueño, un muchacho de unos 25 años, que estaba trabajando en un restaurante pasando Punta del Este, había cargado la moto al Buquebus y se la había traido para acá, para tener como moverse y no estar a pata. Estaba cansado de andar en moto y se quedó esperando a un hombre con una camioneta que supuestamente se había comprometido a cargarle la moto en la camioneta y acercarlo varios km más adelante.
Si pueden cargar en esa Petrobras, haganlo, me aceptaron pesos argentinos a 1,50, la más barata que encontré.
Hicimos algunos kilometros hasta Punta del Este, y en esta caseta de información turística me enamoré de la mujer de ahí. Simpática, bonita, un encanto. La verdad, dormí y no le pedí el celular o facebook. Quedará para el próximo viaje. :thumbup:
Llegando a Punta del este, ya se empezaban a ver complejos gigantes y mansiones por todos lados.
También era fuerte la presencia argentina, un 60 % uruguayos, 40% argentinos.
A esta altura ya empezó a chispear.
En Punta del Este perdimos varios minutos dando vueltas sin poder salir, volviendo una y otra vez al mismo punto :book2: :book2: :book2: , preguntabamos, hacíamos lo que nos indicaban, volvíamos al mismo punto wallbash wallbash wallbash
Resultó ser que estabamos en la punta más punta de todo Punta del Este, por eso veíamos costa para donde mirabamos y nos confundíamos el camino.
Una vez que salimos de Punta del Este, fijamos destino en Punta del Diablo. Ya la lluvia era una realidad y las gotas empezaban a mojar un poquito.
Paramos pasado el mediodía en José Ignacio, un pueblito de 5 x 5 manzanas, pero nuevo, totalmente nuevo.
Casas de diseño moderno, restaurantes, pizzerías, comercios.
Paramos a comer unas ricas milanesas, las cuales notamos tenían pimienta después de un rato.
A 40 kilometros de Punta del Diablo, se hizo fea la lluvia badmood badmood badmood badmood , viento fuerte de costado, charcos de agua, yo tengo equipo de lluvia, es algo que planeo adquirir para el próximo viaje.
No hacía frío, pero no veía bien por la cantidad de agua y la llegada de la noche. Fueron 40 km muy muy largos.
En Punta del Diablo nos cobraban 600 uruguayos pasar la noche en un camping, y 1000 una cabaña, analizando el dinero que nos quedaba, lo mojados y cansados que estabamos, pensar en armar la carpa bajo la lluvia, y esas cosas, nos inclinamos por disfrutar una noche en la cabaña, con una ducha caliente prolongada (todas las duchas anteriores habían sido frías), y dormir en un colchón colchón.
Para luego a la mañana siguiente pegar la vuelta a Buenos Aires,
Preparando la merien-cena
Soga de tensores
Escurriendo la campera
A la noche, de la nada nos vino a visitar alguien...
Dejamos secandose todo, y nos fuimos a dormir.
Quinto día
Dormimos muy bien, me desperté todo flojo y descansado.
Abrimos la puerta y el sol empezaba a salir y secar todo clapping clapping clapping , mientras mateabamos, limpiabamos y ordenabamos la cabaña charlabamos de que hacer, si hacer noche en Fray Bentos o hacer todo el trayecto de una.
Quedamos en que veíamos más cerca de Fray Bentos, dependiendo de la hora y como estuvieramos fisicamente.
Hasta acá todo venía bien, pero el sol de la mañana empezó a desaparecer...
A partir de ahora casi no sacamos fotos, ni bien salimos de Punta del Diablo, nuevamente la tormenta, tanto tiempo perdido secando mi ropa icon_evil jajaja
Por momentos no se veía nada, era una cortina de agua molesta, pero se podía manejar todavía.
Me sentía re mal yo, por estar retrasando a Nico por no tener un equipo de lluvia, o un mejor casco que me permitiera ver mejor con lluvia, le decía que fuera tranquilo, que no me esperara, pero me sacó corriendo, que nadie se queda atrás, Y NADIE SE QUEDA ATRÁS. Y se bancó todo, me acompañó hasta mi casa practicamente, por eso les decía, es una persona de oro, me voy hasta el fin del mundo con Nico al lado.
Paramos en una estación de servicio, Nico apareció con un café y un alfajor pepitos que fue como si me ofreciera el cielo, creo que lo comí en 2 segundos, aflojó un poco la lluvia y seguimos.
Pasamos por Canelones, no paraba de llover.
Así, de a poco y con cuidado nos fuimos acercando a Fray Bentos.
Hubo tramos que tuve que ir con el visor levantado porque no me daba tiempo a sacar el agua del mismo, viento cruzado nuevamente, bastante bravo.
A la tarde paró un poco, ya estabamos tomando la ruta 2, directo al puente internacional, y en el horizonte se veían unas nubes con rayos que metían miedo.
Cuando finalmente entramos a esa tormenta, fue la muerte, queríamos cruzar a Argentina antes que nos agarrara la noche, desafortunadamente no pudimos lograrlo.
Terminamos cruzando el puente internacional a las 23:59, y el tramo desde el puente, hasta Gualeguaychú creo que fue lo más extremo que hice hasta ahora con la moto, noche, lluvia, cero visibilidad, ni un lugar alejado de la ruta como para parar a cobijarse, huellones de camiones donde se formaban charcos de agua de 10 cm, las motos se sarandeaban de lo lindo, cuando pasaban camiones del otro sentido, el spray que levantaban era como estar adentro de una ola.
Pero pasamos, a pesar de todo eso pasamos. Llegamos a Gualeguaychú, buscamos rumbo a la ruta 14, y ahí de nuevo lo mismo, tormenta atroz, camiones que nos pasaban al mango, cerquita y tirando spray.
Paramos en la parrilla "La morocha", yo hecho sopa, Nico por suerte no se mojó mucho.
La verdad, le agradezco de corazón a Nico todo el aguante, dudo que solo pudiera haber hecho tamaña odisea.
Comimos unos sanguches de milanesa que no estaban muy buenos, esperamos que afloje un poco y arrancamos.
A 20 km del segundo puente de Zarate brazo largo, empezó a haber neblina, sumado a la llovizna, nuevamente, visbilidad cero, pusimos los giros y avanzamos casi por la banquina con mucho cuidado.
Cuando llegamos al segundo puente, bastó una mirada nomás para darnos cuenta que mejor parar un rato, lavarnos la cara, estirarnos un poco.
Yo no sentía que me estuviera por dormir, pero estaba muy muy cansado, me dolía el cuerpo y las rodillas bastante.
Sabíamos los dos que con llegar al primer puente después todo iba a ser más fácil, iluminado, mejor señalizado, más carriles.
El tramo entre puente y puente se hizo larguísimo, yo buscaba las luces en el horizonte como para que me dieran fuerza para seguir un poco más, pero no se veían, de repente, se materializó el puente adelante nuestro, de la nada.
La neblina era tan grande que no se veían las luces directamente.
Lo atravesamos, paramos en la YPF que está ahí en Zárate, nos tomamos un café reparador, charlamos un rato, nos despedimos con un abrazo, despabilamos un poco, y le pegamos el tramo final.
Yo bajé en Escobar, Nico siguió hasta su casa y por suerte llegó bien el también.
Me di una ducha caliente, dormí hasta las 18 del día siguiente clapping clapping clapping y listo.
Así terminó el viaje.
Personalmente, me encantó el viaje, pude conocer más a fondo a dos personas que solo tenía vistas de encuentros cortos, como Calquin. Y a Nico lo conocí en este viaje, una masa el chabón. También pude conocer un poquito de Uruguay como para planear un viaje con mas tiempo, dinero, y sabiendo donde parar, porque rutas ir, que cosas hacer.
Fue una experiencia hermosa, que les recomiendo si pueden hacerse una escapada háganla.
Saludos, pibedelcobre/Inti